El tema de actualidad de la equidad de genero y de los derechos de las mujeres es central en todos los ámbitos, pero , al parecer, se ha asumido por falta de información, que la “arcaica” institución de la Iglesia Católica se encuentra fuera de contacto en este rubro.
Pero para sorpresa de muchos, resulta que esta institución ‘milenaria”’ empezó a tocar el tema de la dignidad de la mujer y de su importancia en la sociedad y dentro de la misma Iglesia mucho antes que otros sectores sociales, que hoy pavonean su interés por ellas.
Ya
desde 1940 se tiene registro en varios discursos del Papa Pío XII de que ya
tocaba la vocación de la mujer y su plenitud en sus discursos. Siguio este interés
el Papa Juan XXIII, en la Encíclica Pacem in terris , en 1963 .
Llegando
el tema a ser tratado en los documentos del importante Concilio Vaticano II, en cuyo mensaje final afirma:
« Ha llegado la hora en que la vocación de la
mujer se cumple en plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una
influencia, un peso, un poder jamás alcanzados hasta ahora. Por eso, en este
momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres
llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no
decaiga».(1) 1965
A
lo largo del tiempo, este Concilio, que ha sido central en el crecimiento de la
Iglesia, produjo dos documentos que abordaron de nuevo el tema de la mujer : Constitución
Pastoral Gaudium et spes y el
Decreto Apostolicam actuositatem, sobre el apostolado de los seglares.
Después del Concilio Vaticano II, Pablo VI expresó su entendimiento de la
importancia de las mujeres ,” atribuyendo el título de Doctoras de la Iglesia a
Santa Teresa de Jesús y a Santa Catalina de Siena, y además instituyendo, a
petición de la Asamblea del Sínodo de los Obispos en 1971, una Comisión
especial cuya finalidad era el estudio de los problemas contemporáneos en
relación con la «efectiva promoción de la dignidad y de la responsabilidad
de las mujeres».(2). Expresando su convencimiento del tema en estas
palabras:
«En efecto, en el cristianismo, más
que en cualquier otra religión, la mujer tiene desde los orígenes un estatuto
especial de dignidad, del cual el Nuevo Testamento da testimonio en no pocos de
sus importantes aspectos (...); es evidente que la mujer está llamada a formar
parte de la estructura viva y operante del Cristianismo de un modo tan
prominente que acaso no se hayan todavía puesto en evidencia todas sus
virtualidades».(3) 1971
Durante un Año Mariano, se renueva
la cobertura del tema de la mujer en la Encíclica Redemptoris Mater, que gira
sobre “la presencia especial de la Madre de Dios en el Misterio de la Iglesia
que nos hace pensar en el vínculo excepcional entre esta «mujer» y toda la
familia humana.”(4)
Sínodo de los Obispos (octubre de
1987) se ocupo de nuevo” de la dignidad y de la vocación de la mujer. Entre
otras cosas, abogaron por la profundización de los fundamentos antropológicos y
teológicos necesarios para resolver los problemas referentes al significado y
dignidad del ser mujer y del ser hombre”(5)
En base a esta petición de tratar el tema en
profundidad y a la luz del Evangelio, Juan Pablo II dedico una Encíclica
completa a la dignidad y centralidad de la mujer en la historia de la salvación
en la CARTA APOSTÓLICA MULIERIS
DIGNITATEM 1988
Por lo que , a través del tiempo,
y con una visión adelantada, la Iglesia ha tenido el tema de la mujer muy
presente , presentando una enseñanza magisterial que se ha dirigido siempre al
reconocimiento del valor y gran dignidad de la mujer en la sociedad.
Seria interesante leer estos documentos e informarnos antes de emitir
juicios sobre la postura de la Iglesia en temas de genero y derechos de la
mujer.
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