FE DE MUJER




En una cultura que insiste en borrar toda diferencia entre hombres y mujeres es difícil concebir que la fe se exprese y se desarrolle de forma especial en las mujeres, ya que se rayaría en una falta de “equidad y justicia”. Pero sorprendentemente las estadísticas y la revelación apuntan en esta dirección: la fe femenina es especial.


Por una parte, la ciencia palpable de las estadísticas nos hablan de una mayor participación de la mujer en actividades de meditación y religiosas en sus ratos libre(49.9% vs 34% de hombres) (Hombres y Mujeres 2008 INEGI). y en la trabajo organizado de asociaciones religiosa(37% vs 28% de hombres) ENJ 2010, además  de acuerdo a la ENJ (Encuesta Nacional de la Juventud) 2005 nos muestra una diferencia notable entre los jóvenes que se reconocen católicos practicantes 39%  y las jovencitas 48%.

Y por otro lado , la revelación , a través del Evangelio, nos muestra el papel especial que las mujeres han realizado durante la historia de la salvación y la relevancia que el mismo Jesus le ha puesto a la figura femenina y su especial cercanía a su plan.

Juan Pablo II en su encíclica MIULERIS DIGNITATEM nos hace ver esta sensibilidad, actitud y respuesta de la mujer a la llamada de Jesús, meditando sus encuentros con las mujeres y Su actitud hacia ellas, además de subrayarnos la centralidad de algunas de ellas para llevar a cabo su misión.

Menciona la relevancia incomparable de María :
“La mujer se encuentra en el corazón mismo de este acontecimiento salvífico. La autorrevelación de Dios, que es la inescrutable unidad de la Trinidad, está contenida, en sus líneas fundamentales, en la anunciación de Nazaret.

Subraya la novedad del trato de Jesús hacia las mujeres:
En las enseñanzas de Jesús, así como en su modo de comportarse, no se encuentra nada que refleje la habitual discriminación de la mujer, propia del tiempo; por el contrario, sus palabras y sus obras expresan siempre el respeto y el honor debido a la mujer

Nos muestra diferentes formas de respuesta de las mujeres hacia el mensaje y la persona de Jesús:
Estamos ante un acontecimiento sin precedentes; aquella mujer —que además es una «mujer-pecadora»— se convierte en «discípula» de Cristo ( la Samaritana)
 En otra ocasión, la misma Marta —después de la muerte de Lázaro— se convierte en interlocutora de Cristo y habla acerca de las verdades más profundas de la revelación y de la fe.
 

Y hasta denota la forma especial en que las mujeres entendían las verdades de las que Jesús les hablaba
Cristo habla con las mujeres acerca de las cosas de Dios y ellas le comprenden; se trata de una auténtica sintonía de mente y de corazón, una respuesta de fe. Jesús manifiesta aprecio por dicha respuesta, tan «femenina», y —como en el caso de la mujer cananea (cf. Mt 15, 28)— también admiración. A veces propone como ejemplo esta fe viva impregnada de amor; él enseña, por tanto, tomando pie de esta respuesta femenina de la mente y del corazón

Y al centro de la reflexión de Juan Pablo II en este documento , se encuentra la respuesta diferenciada de la mujer, con respecto el hombre, a su seguimiento. Las mujeres siguen a Jesús de forma distinta, de forma más cercana :
 ….en el momento de la prueba definitiva y decisiva para toda la misión mesiánica de Jesús de Nazaret, a los pies de la Cruz estaban en primer lugar las mujeres. De los apóstoles sólo Juan permaneció fiel; las mujeres eran muchas.

Antes de esto habían estado las mujeres en la vía dolorosa, «que se dolían y se lamentaban por él» (Lc 23, 27). Y antes aun había intervenido también la mujer de Pilatos, que advirtió a su marido: «No te metas con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por su causa» (Mt 27, 19).
 
…. no sólo en el momento de la crucifixión sino también el día de la resurrección. Las mujeres son las primeras en llegar al sepulcro. Son las primeras que lo encuentran vacío. Son las primeras que oyen: «No está aquí, ha resucitado como lo había anunciado» (Mt 28, 6). Son las primeras en abrazarle los pies (cf. Mt 28, 9). Son igualmente las primeras en ser llamadas a anunciar esta verdad a los apóstoles.


Todo esto lleva a concluir que la fe femenina es diferente y que por lo tanto necesita un trato diferenciado y  una consideración especial para que se desarrolle en cada mujer de manera optima. Y además a revalorar el mensaje evangélico de la dignidad de la misma, el cual ha sido distorsionado muchas veces por falta o parcialidad en la información sobre el mensaje cristiano de la Iglesia .

Comentarios

  1. Me gusto mucho esta reflexión sobre la mujer y la fe, gracias por recordarme esta gran misión

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