Con la gran celebración del “Día de Dar
Gracias “o “Thanksgiving” que se celebra en estos días de noviembre en los
Estados Unidos , llega a la mente un cuestionamiento del fondo de esta celebración,
el cual ha ido “evolucionando”, de celebración dedicada a Dios a nivel oficial
y privado, a mera fecha de reunión familiar
y de descanso para muchos que carecen de creencia alguna.
Su origen, alrededor de 1610 fue esencialmente religioso , como agradecimiento a Dios por la llegada segura de los barcos que traían las provisiones de los primeros colonizadores de esas tierras .
A través de la historia americana, se fueron dando ocasiones para dar gracias o hacer peticiones al Creador por diferentes eventos: buena cosecha, desastres naturales, la masacre india, viajes exploratorios en tierras desconocidas. Esto, lo hacían con festejos si se trataba de un evento favorable o ayuno si se trataba de uno desfavorable.
Su establecimiento formal fue en 1777, ante la invasión inglesa de la entonces ciudad capital, y declarada como un acto de petición a Dios: SOLEMN THANKSGIVING AND PRAISE. Un poco más tarde el mismo Washington la uso como fiesta de celebración de victoria sobre los ingleses, haciendo referencia al Todopoderoso.
Mas adelante, Lincoln lo anuncia de nuevo,
en medio de la guerra civil, para agradecer a Dios que el conflicto sea
localizado y que no se haya expandido a todos los estados y para pedir su intercesión
para curar las heridas de la nación dividida.
Desde entonces , esta festividad se celebró
cada año en la nación Norteamericana, con una clara connotación de creencia por
parte de los Presidentes de esa nación. Hasta Gerald Ford en 1975, que fue el
primer Presidente en no hacer alusión a ninguna divinidad en su mensaje de ese día,
misma actitud que ha mostrado el actual Presidente de estados Unidos, Barak
Obama, al hacer poca o nula referencia a Dios en sus discursos alrededor de
esta fecha.
Algunos miembros de las comunidades de indios de esa nación insisten en que
Thanksgiving es un construido para borrar la masacre de su pueblo en los principios de la formación
de esta nación, alrededor de 1622, subrayando que se debe reconocer y recordar
dentro de estas fechas. En cambio, otra
parte de este grupo busca reconciliar las razas, al ligar el “Thanksgiving” con
su propia celebración de la buena
cosecha.
Inclusive los musulmanes de ese país han declarado que esta celebración va de
cuerdo a sus creencias, por las que, en diferentes formas y ocasiones, le dan
gracias a Dios.
No deja de haber los agnósticos que luchan
por quitarle al “Día de dar gracias” sus elementos originales de gratitud hacia
el Señor , buscando y enunciando otras muchas razones para dar gracias. Solo
hay que dar gracias a los hombres y mujeres que hacen la vida mejor para
nosotros, según dicen: a granjeros, médicos,
padres, maestros, familia etc. Además han pedido que el Presidente se abstenga
de dar el discurso tradicional de esta celebración donde se hace mención a
Dios.
Es verdad que el ser agradecidos con los demás
es un elemento importante, y debe de vivirse en esta época de celebración, pero
desacreditar y desvirtuar el origen de una festividad de creyentes, por el
simple hecho de no estar de acuerdo con ella, es intolerancia .
Todo esta evolución , nos lleva a ver como,
una vez más, las celebraciones que llevan un significado dentro de ellas
mismas, son desvirtuadas y robadas de su esencia, cambiando los sentidos y
significados con otros lejanos a la vivencia de una fe, y que generalmente
benefician comercialmente y materialmente a alguien.
La tendencia de la materialización de los significados de las celebraciones y festividades que se tienen en las diferentes culturas va creciendo, a medida que el hombre pega su corazón a este mundo.
Y el
caso de el “Thanksgiving” no es distinto, con su ya famoso Black Friday que
adelanta el comienzo del gasto de Navidad y fin de año desde estas fechas.
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