Por María Vidrio
Un niño nos ha nacido en la cueva
de Belén
¡Calla! que se ha dormido el dador
de todo bien.
La Virgen y San José le acarician
con amor
la vaca y los borreguitos su calor
le dan también
al pequeño Dios nacido.
Los ángeles del Edén lo adoran
estremecidos
y ponen el mundo a sus pies
pues
es de todos es el Rey.
¿Cómo? Me preguntas confundido
¿es que un Dios nos ha nacido
en
un pesebre en Belén?
Pues yo te respondo amigo
que con
su inmenso poder
ha querido hacerse niño
para que
recuerdes que Él
encierra en su pequeñez
el
misterio incomprendido
de un Dios, un Niño y un Rey,
en
trocitos de piel fundido
alma y corazón de miel
que por
amor han convertido
al universo en una nuez
¡Calla!
que está dormido el pequeño Emmanuel
Contémplalo,
buen amigo con los ojos de la Fe que por salvarte ha venido y quiere que le
seas fiel
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