Terminada la plegaria eucarística, no nos olvidemos que
Cristo esta presente en el altar, para que en las oraciones siguientes sigamos
adorándolo, bendiciéndolo y dándole gracias….
A lo
largo de la Misa, hemos renovado nuestro Bautismo como hijos de Dios, a quien
podemos llamar Padre Nuestro…. Hemos santificado su Nombre, venga a
nosotros tu Reino…. “estamos en el cielo con Él”.
Tenemos levantado
nuestro corazón, estamos uniendo nuestro sacrificio al sacrificio eterno de
Jesús. Vemos la voluntad del Padre, hecha en la tierra como en el cielo.
Tenemos delante de nosotros a Jesús, nuestro pan de cada día, nos
estamos refiriendo a la Eucaristía. Y este pan perdonará nuestras ofensas,
porque la Comunión borra los pecados veniales.
Hemos pues,
conocido la misericordia y por lo tanto nos mostraremos misericordiosos, perdonando
a los que nos ofenden, y gracias al cuerpo de Cristo experimentaremos nueva
fuerza para vencer las tentaciones y el mal. Editado de La Cena del Cordero de Scott Hahn 03/2012.
“Jesús al
enseñarnos el Padrenuestro me enseñas como pedirle al Padre lo que necesito:
que venga su Reino, que día a día trate de estar en gracia, para que pueda
difundirte entre mis hermanos; que se haga su voluntad, y no la mía; que
alimente mi vida, que la colme con Tu amor; que sepa perdonar, realmente,
a los que me hacen algún mal. Dios mío, no me dejes caer en la tentación, no me
dejes siquiera, acercarme a la tentación, pensando que soy muy fuerte y puedo
vencerla. Y líbranos del mal: a mi, a todos los míos y al mundo
entero…….”
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