En los últimos
dos viajes de la cabeza de la Iglesia católica
se ha notado un común denominador: la presencia de las emblemáticas
imágenes de Cristo Resucitado que han sido marco para las visitas al continente
americano de Benedicto XVI a México en
2012 y ahora Francisco en 2013 a Rio de Janeiro. Esta coincidencia expresa
también un fondo común: la centralidad de Cristo en el mensaje de la fe
católica.
Estas
figuras imponentes ofrecen a los peregrinos que han asistido a alas visitas Pastorales
a un Jesús con los brazos abiertos, en un abrazo que trata de llegar más allá
del horizonte, para alcanzar a todos los hombres. Los dos en el corazón de las
naciones de más católicos en el mundo y que reciben a cientos de peregrinos y
jóvenes que desean encontrarse más de cerca con El y con la comunidad de la
Iglesia Universal.
Pero estas figuras representan algo mas para los residentes
de los paises que las albergan: unidad y perseverancia, ya que ambas son producto
del esfuerzo de los católicos de estos países.
El Cristo
Redentor de Rio de Janeiro es considerada como una de las 7 maravillas del
mundo moderno, y cumple ya 80 años de vigilar majestuosamente la bahía de Rio
de Janeiro.
La idea original de este monumento fue del
clérigo Pedro María Boss , que buscaba en 1860 proveer un lugar para
peregrinaciones, culto y festividades religiosas. Sesenta años después se
volvería una realidad por la iniciativa de un grupo de católicos que en 1921 la
promovieron para festejar el centenario de la independencia de Brasil (1).
Su
realización fue posible gracias a la labor del Cardenal Sebastiao Leme, que
organizo una “semana del monumento” en Septiembre de 1923,con la que reunió
fondos para construirlo, con una respuesta sorprendente por parte de la gente,
cuyos nombres quedaron grabados en el pedestal de la impresionante estatua. De
esta manera, el costo para el estado fue mucho menor, pero a pesar del interés
mostrado por la gente los permisos de construcción fueron cancelados por la Fiscalía
General de la Republica, alegando que era inconstitucional su construcción,
pues no se debía apoyar a católicos por no ser la religión oficial de esa
nación. Finalmente,el Presidente Epitácio Pessoa consiguió que los permisos se liberaran para llevar a cabo su
construcción.(2)
Superando todos estos
obstáculos, se comenzó su construcción que se llevo a cabo en etapas. En la última
de estas, encontró mas problemas al no tener donde soportar los andamios
necesarios para fijar las manos en los brazos ,pues el viento volaba cualquier
estructura que se instalaba para tal fin. Se resolvió pidiendo a la compañía
ferroviaria unos tramos de vía de tren que soportaran los vientos, y así logro
concluirse sorprendentemente, sin que nadie muriera en el proceso, en 1931.
Por Ana Elena Barroso
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