En estos
días que se está realizando la ya
tradicional Jornada Mundial de la Juventud,
en Rio de Janeiro, y el mundo católico pone su mirada en esta ciudad que
será lugar de expresión juvenil de la fe
católica. La presencia del Sumo Pontífice atrae también las miradas de los
medios de comunicación, al ser su primer viaje pastoral a América Latina, que siente más cercana a
casa.
Pero esta
Jornada ha experimentado un giro. El Papa le ha impreso su sello propio y
personal : ya no se trata de los jóvenes solamente, se trata de los que
rodeamos a los jóvenes. Como bien dice el mismo Francisco en su discurso
inaugural de la Jornada Mundial de la Juventud: “La juventud es el ventanal por
el que entra el futuro en el mundo y, por tanto, nos impone grandes retos.”
El Papa
esta convirtiendo esta Jornada, además de un acercamiento a los jóvenes, en un
llamado a todos aquellos que tienen que ver con estos jóvenes: familia,
escuela, estado, y la misma Iglesia para preguntarles y reflexionar : “Nuestra
generación se mostrara a la altura de la promesa que hay en cada joven, cuando
sepa ofrecerle espacio.”
Menciona
como se conforma este espacio con “condiciones materiales y espirituales para
su pleno desarrollo” con seguridad y educación. Le preocupan los jóvenes , pero
más la falta de estas condiciones, pero no solo físicamente y emocionalmente,
sino en su búsqueda de felicidad verdadera.
Por eso,
con su personalidad directa , se adentra más profundo ,al compartir lo que el ve
que necesitan en su alma y su corazón, aquellos que tantas estructuras e
instituciones juveniles olvidan al atenderlos y hacer políticas públicas. El
Papa va al centro del asunto, parece intuir que los jóvenes no son puras
hormonas ,sexo o materialismo, sino que es necesario ofrecerles “ valores
duraderos por los que valga la pena vivir” y que cada joven necesita un “horizonte
trascendente que responda a su sed de felicidad, suscitando en el la
creatividad del bien, para que sea protagonista de su propio porvenir y
corresponsable del destino de todos”.
Tanta es su
intención de mandar un mensaje de inclusión de los jóvenes ,como parte esencial
de la comunidad y que ellos sienten esa corresponsabilidad de cada una de las
suyas, que ha invitado a personas de la tercera edad u discapacitados a asistir
a la Jornada, para que estén junto a los jóvenes.
Es un
mensaje para todos y que debe llegar al
mundo entero: las comunidades deben dar más que puros elementos materiales a
sus jóvenes y los jóvenes deben apreciar los valores que sus miembros les
brindan, pues estos los llevaran más cerca de verdadera felicidad.
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