El día Mundial contra la violencia a la mujer es una gran oportunidad para reflexionar que a pesar de todos los llamados y esfuerzos para evitar que eso ocurra, millones de mujeres en el mundo sufren día a día: humillación, vejación, desprecio y despojo de sus más esenciales derechos.
La consideración de la sociedad para reconocer a la mujer como una de las bases de la familia, insustituible y definitiva, no han sido suficientes para cambiar el entorno que la rodea, sobretodo en la parte del reconocimiento que merece.
Es una realidad que desde el punto de vista biológico el hombre y la mujer no son iguales, hay roles que se deben de complementar, esto no quita que sean iguales en dignidad y por lo tanto merecen respeto.
Se podría contribuir al establecimiento de una cultura de la igualdad que nos permita avanzar en la construcción y consolidación de una sociedad justa e igualitaria en dignidad.
Por marcela Galindo
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