La Comisión de la
Mujer ante la ONU hace hincapié en que para alcanzar los objetivos de
Desarrollo Mundial (ODM), se necesita acelerar el alcance y goce de todos los
derechos humanos por parte de las mujeres y niñas. Recomienda como primer paso
la eliminación de todas las formas de violencia de género como esencial y prioritario.
La cultura del
respeto que se requiere hoy, sale de donde menos se lo imaginan las grandes
organizaciones mundiales: de la culturas de raíces católicas .La principal fuente de este respeto tan necesario,
inclusive en el ámbito de intimidad del hombre, se ve reflejada en los números
que arroja una encuesta hecha en la Unión Europea sobre la violencia contra la mujer.
La “Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE”, con la participación de la
Profesora Montserrat Doval, publicaron los resultados en el Diario El Mundo con
la siguiente infografía que es sumamente reveladora(1):
Estos números dicen mucho en lo que a actitud hacia
la mujer en diferentes culturas se
refiere.
Los números indican la prevalencia de violencia
sexual y física en diferentes países de la Unión Europea. La diferencia entre
los números de los países deja entrever, como en un continente con un nivel de
desarrollo económico parejo, esta prevalencia varia en forma importante.
Entonces ¿Cuál es el factor común de aquello países en donde la violencia
sexual es menor?
El hecho de que se mida la violencia sexual y física
da información muy valiosa pues esta es la más erosiva e indica que las menos
graves: la psicológica, económica, social y la física ya se han instalado en una relación.
Se puede notar la diferencia entre los países más
modernos y adelantados en tema de género y equidad, como son Suecia, Dinamarca
y Finlandia, y los países más rezagados en sus alcances de igualdad femenina
como son Grecia, Portugal y Croacia.
¿Cómo puede ser que en los países con mayor igualdad
y más oportunidad para las mujeres, ellas sufran más violencia sexual?, ¿será
que los programas y leyes que tratan de promover la igualdad entre hombres y
mujeres no están permeando la cultura y actitudes hacia ellas?. O inclusive ¿no
se estará fomentando la violencia a la mujer al dejarle en sus espaldas toda la
carga de responsabilidad sexual con los anticonceptivos y aborto, donde le
hombre ya no tiene ninguna responsabilidad de su actividad sexual? ¿No se
estará propagando esta violencia con la “objetivación erótica” en la que se
promueve la concepción de la mujer como objeto disponible para el placer sexual
,y que se impulsa en los medios de comunicación masiva con bandera de su liberación?
La actitud que la cultura de los países con raíces
católicas siembra, se nota en los bajos niveles de violencia sexual reportados
por esta encuesta. En estas culturas se cultiva el respeto por el otro, la
importancia de la maternidad, el desarrollo del hábito del autocontrol, de la
castidad, el concepto de la intimidad sexual solo dentro del matrimonio, la
importancia de las relaciones sexuales solo consensuadas, entre otros. Hay escépticos
que mencionan que la mujer en
estas culturas denuncia menos los hechos violentos en la relación, y es posible
que esto suceda, pero los bajos niveles de la encuesta no pueden ser producidos
solamente por este mero efecto.
Es hora de que el mundo se de cuenta del aporte que
la Iglesia Católica ha hecho por siglos a la cultura, inclusive en el área de
los derechos de la mujer, y que los métodos de “aislamiento y sobrecarga de responsabilidad”
que la cultura liberal ha dado a la mujer como “soluciones”, sólo la están
exponiendo más a la violencia y al aislamiento.
(2)http://www.elmundo.es/espana/2014/03/05/53166eb922601dfc628b457d.html
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