ES PASCUA:TU ,YA SALISTE DE TU TUMBA?






El Cristo Pascual ha venido para sacarnos y resucitarnos de nuestro sepulcro del pecado y darnos una vida nueva de resucitados, para no vivir ya según la carne sino según el Espíritu. Cristo, además de ser Agua viva y Luz , también es Vida y Resurrección. Cristo no quiere que nuestra vida yazca en el sepulcro de nuestro pecado y se pudra. Quiere que muramos a nuestro hombre viejo para después resucitarnos y hacernos hombres nuevos, según el Espíritu.


La resurrección de Lázaro signa el punto culminante de la actividad de Jesús. Es el más grande de sus milagros. Mediante este extraordinario milagro, el Señor trata de vencer la incredulidad de los judíos. En la batalla entre la fe y la incredulidad, Jesús ofrece el don de un testimonio mayor. Pero el corazón de los judíos se cierra, y ello los lleva a tomar la decisión oficial de matar al Cordero inocente. El camino de la cruz está ya trazado, pero en el plan de Dios la cruz será el umbral de la exaltación y glorificación del Padre en su Hijo. El complot de los hombres, en el plan de la Providencia, sirve a los designios de Dios.


Jesús no utiliza su poder divino para evitar la muerte ignominiosa de la cruz. Por eso, irá al encuentro de su propia muerte por decisión personal. Irá en busca de su “Hora”, esa hora que tanto lo angustiaba pero que al mismo tiempo anhelaba con ardor, porque sería la hora de la glorificación de su Padre y de nuestra salvación mediante el Misterio de su muerte y resurrección. Tal es la razón por la que no impidió la muerte de su amigo Lázaro, para que resplandeciese la gloria de su Padre, así como no evitaría su propia muerte, para que el Padre fuese plenamente glorificado en el Hijo. Sólo así nos sacaría del sepulcro y nos daría una vida nueva. La muerte y resurrección de Lázaro constituyen un preludio de su propia muerte y resurrección. Viendo esta resurrección, los apóstoles consolidarán su fe y se prepararán para la gran prueba de la Pasión.


Jesús también quiere hoy gritar a cada uno de nosotros, como entonces a Lázaro: “Lázaro, sal fuera”. Sal fuera del pecado. Sal fuera de la incredulidad. Sal fuera de la pereza. Sal fuera del desaliento. Sal fuera del egoísmo. Cristo no quiere que nos pudramos en el sepulcro del pecado, pues “la gloria de Dios es el hombre que vive. Salgamos del sepulcro y veremos la luz, la vida y la resurrección de Cristo. En el sepulcro sólo hay gusanos, oscuridad, descomposición y muerte. Y Cristo es el Señor de la vida, y quiere hacernos partícipes de su vida divina e inmortal. 
Del texto del P. Antonio Rivero LC, Para el quinto domingo de Cuaresma.
“Señor Jesús, he tratado durante esta Cuaresma, salir del sepulcro del pecado, he tratado de vivir una nueva vida en Ti. Creo que Tu eres, la Resurrección y La Vida…Ayúdame para esforzarme para seguir en este camino, tómame de la mano pare guiarme en el camino del Bien…No te apartes de mi…”

Por Cuca Ruiz 

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