El abuso sexual ha sido, actualmente, tema de
discusión y acusación enfocada exclusivamente hacia la Iglesia Católica. El problema
es grave y su presencia debe ser erradicada y arrancada desde la raíz. Pero este
problema que afecta a muchos niños no es exclusiva de las estructuras eclesiásticas,
como dan la impresión los medios de comunicación. El abuso sexual de menores o
pederastia se presenta en la mayoría de las instituciones que trabajan con
niños y jóvenes y ,para sorpresa de muchos, la incidencia de este delito es
mayor en las instituciones civiles que en las religiosas.
Las cifras y estadísticas de Estados Unidos
arrojan conclusiones muy interesantes que dejan ver la naturaleza y raíz del fenómeno. De acuerdo a la Dra. Judith A.
Reisman, Experta ante la Comisión de Pornografía del Fiscal General de los Estados
Unidos, de la American University, las características de los pederastas se pueden ver al observar
que: (1)
·
El 87% de los pederastas son
homosexuales
·
El 13% de los pederastas son
heterosexuales
·
El 90% de los pederastas son
hombres
·
El 81% de las víctimas son
niños
·
Entre el 30% y el 60% de los
homosexuales registran actividad sexual con menores de edad.
Esto nos habla claramente de la pederastia como una
actividad con rasgos homosexuales y de una alta prevalencia entre los miembros
de esta población. Nos muestra también que los niños varones están más expuestos que las niñas.
Por otro lado, la incidencia de la
pederastia en la población revela un contraste llamativo. El porcentaje de
pederastas entre la población civil es del 8.9%, es decir que casi el 9% de la
población es pederasta. Este nivel es
casi el doble del 4% de clérigos o miembros de alguna Iglesia que se han
encontrado que son pederastas. (2)
En esta alta incidencia en la población
civil, los ámbitos más afectados son las escuelas públicas, tanto en Estados
Unidos como en México. Pero, curiosamente, el caso de su incidencia en estas
estructuras estatales, no ha sido tratada ni analizada por los medios de
comunicación y organizaciones internacionales todavía. Puede ser que la razón
por la que se menciona a la Iglesia como
ámbito principal de este delito sea porque es la única estructura que lleva
registros exactos, a comparación de las escuelas públicas de estos países, que
no llevan datos.
En Estados Unidos, uno de los pocos
estudios sobre los casos de maestros pederastas en escuelas públicas es el de
la AP (Associated Press) realizado durante el 2007. Este revelo que el abuso
sexual en las escuelas públicas de este país era generalizada y casi siempre
“encubierta” por los directores de las mismas, al no ser reportada a las
autoridades.
En el caso de México, se ha empezado a constatar
la presencia de este delito que parece ir en aumento, al surgir múltiples denuncias en escuelas de Chihuahua, Guanajuato, Veracruz,
San Luis Potosí y en un complejo
deportivo en Jalisco.(3)
Todos estos datos nos dejan comprender
mejor un delito que no se está previniendo ni atacando del mejor modo.
Si se quiere proteger a los niños de esta
terrible amenaza que los marca de por vida, debe de entenderse a fondo su
naturaleza y hacer conciencia, dentro de la Iglesia y fuera de ella, en que
lugares están más expuestos, porque se puede ver que son ámbitos de su vida
diaria, como son las escuelas y ambientes deportivos.
Por Ana Elena Barroso
(1) Judith A.
Reisman, Crafting Gay Children. Psychiatric Journal, University of
Ottawa, J. W. Bradford et al., 1988
(2) “The nature and
Scope of the problem of Sexual Abuse of Minors by the Catholic Priests and
Deacons in the United States” 2004 , “The Causes and Context of Sexual Abuse of
Minors by Catholic Priests in the United States 1950-2010” 2011. John Jay
College of Criminal Justice of New York.
Comentarios
Publicar un comentario