LA SABIA ECONOMIA DE LA CASTIDAD Y LA MUJER


 

 

 
 
 
 
La castidad como virtud ha sido degradad y vituperada en las últimas décadas, al grado de ser causa de vergüenza sobre todo entre los jóvenes de nuestra época. Pero los efectos que se sufren por su ausencia son tantos y los beneficios que brinda tan urgentes,  que valdría la pena repensar si nos podemos dar el lujo de desecharla de la cultura moderna.
 
 

 
 
La consecuencia más inmediata de la ridiculización de la castidad es la trivialización del sexo,  con lo que los jóvenes comienzan su vida sexual activa cada vez a edades mas tempranas, más casual y con más parejas. Esto los lleva a una mayor exposición a los riesgos que una vida sexual de este tipo trae, entre las que encontramos: embarazo adolescente, madres solteras, familias monoparentales, ETS (enfermedades de transmisión sexual) y enfermedades emocionales entre otras. 
 
 
 
 

Actualmente el porcentaje de embarazos adolescentes van en aumento, siendo  en una época donde la información y los métodos de anticoncepción están al alcance de todos: “En el 2005 la tasa era de 30 embarazos por cada 1,000 mujeres, mientras que en el 2011 pasó a 37 embarazos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut)”. (1)
 
 

Para la mujer, el embarazo adolescente es un problema grave pues le implica un peligro de salud e inclusive sobre la vida propia y la del bebe.

Para la mujer los efectos no acaban ahí. La mayoría de las veces, se enfrentara  al abandono por parte de la pareja: “En nuestro país hay 30 millones de mujeres que son madres. El 18% de ellas vive sin el apoyo de una pareja. La situación se recrudece cuando las mujeres tienen un bajo nivel educativo y no pueden acceder a empleos bien remunerados, también con aquellas que siempre se han dedicado al hogar y quedan en total vulnerabilidad al separarse de sus parejas. Sobre este punto, el INEGI refiere que el 14% de las madres solteras no posee ningún ingreso monetario.” (2).
 
 

Para la mujer implica un cambio radical en su vida, que la lleva, muchas veces a dejar los estudios y a encontrar un ingreso para afrontar todos los costos de criar a un hijo.
 
 
 
 

Por otro lado, las ETS infectan cada día a más mujeres y hombres jóvenes que, muchas veces, cargan con los síntomas por el resto de sus vidas.
 
 
 

El desgaste emocional que los adolescentes y jóvenes experimentan con la continua exposición  y entrega de su intimidad es importante. Esta exposición puede arriesgarlos a sufrir exhibición pública de su persona y cuerpo, o la utilización de su intimidad para manipularlos, en las redes sociales u otros medios.

Todas estas consecuencias implican un costo económico a los países, pero más importante cobran un costo personal, emocional y social a los jóvenes, sus familias, sus comunidades y principalmente a las mujeres, como ya pudimos constatar.

En la economía de la promiscuidad, gran parte es restar y perder.
La castidad va más allá del sentido sexual, al que se le ha confinado con la forma de grillete religioso impuesto por sociedades puritanas.

En realidad, la castidad toca áreas del ser humano tan sensibles y frágiles que necesitan un espacio reservado y propio para desarrollarse: cuerpo, emotividad, afectividad, autoestima, espíritu. Un lugar donde estas se puedan desarrollar fuera de la mirada y escrutinio de los que rodean a la persona.
 
 

Sus beneficios se alcanzan a ver principalmente en el sentido sexual evitando la contracción de  ETS y dando una vida libre de afecciones crónicas que pueden llegar a ser mortales. La castidad beneficia principalmente a la mujer previniendo los embarazos adolescentes, con sus riesgos de salud, abandono y vulnerabilidad económica y social.

En el área afectiva y de desarrollo de personalidad protege del desgaste emocional y de posibles manipulaciones por parte de terceros, entre otros.

 
 
Por todo lo antes dicho, se puede ver que la castidad protege de una manera efectiva a jóvenes y adolescentes y los deja llegar a decisiones de vida más reflexionadas y maduras.

 En la economía de la castidad….todo es sumar y ganar.

Ante los problemas que envuelven a los jóvenes de hoy y que marcan sus personas de por vida deben ofrecerse opciones reales de protección, especialmente a las mujeres jóvenes, y la castidad es una que no solo protege a cada joven, sino que apoya a la economía personal y comunitaria.



 

Por Ana Elena Barroso.

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