El triunfalismo es una gran tentación.
Dar tiempo al tiempo es un consejo sabio
también para nuestra vida, porque el tiempo es el mensajero de Dios. Dios nos
salva en el tiempo y no en el momento. El Señor nos salva en la historia, en la
historia personal de cada uno de nosotros. No hace como un hada con la varita
mágica. El triunfalismo es una gran tentación de la vida cristiana, de la cual
no se salvaron ni siquiera los apóstoles.
El triunfalismo no es del Señor, que
vivió humildemente. El Señor nos enseña que en la vida no es todo mágico, que
el triunfalismo no es cristiano.
En cambio hay una gracia que es necesario
pedir, la perseverancia, perseverar en el camino del Señor, hasta el final,
todos los días, porque en el camino se procede con dificultad, con trabajo, con
tantas alegrías. Que el señor nos salve de las fantasías triunfalistas. Los
invito a recorrer el camino de todos los días en la presencia de Dios. De la homilia de S.S. Francisco,
13/04/2013.
“Dios mío, reconozco mi pobreza y mi nada, no quiero ser el centro de
atención, no quiero ocupar el primer lugar, no quiero aparecer como un
triunfalista ante los demás. Tú eres mi Padre y me conoces. Gracias por
mostrarme en tu Evangelio la actitud que debo tener con los demás. Sin la ayuda
del Espíritu Santo no puedo avanzar en mi peregrinaje espiritual. Concédeme
hacer esta oración con un gran espíritu de sencillez, apoyándome sólo en tu
gracia.
Jesús, haz mi corazón humilde, como el tuyo…. Dame la gracia para
imitar a nuestra madre María Santísima, que es modelo y testimonio de lo que es
seguir tus pasos…”
-- CUCA RUIZ
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