REPORTAJE
En la
controversia sobre la muerte de muchos niños por el aborto, hay una faceta que
se ha ignorado e inclusive callado por ser políticamente incorrecta. Esta
faceta oscura encubre las muertes de niños como efecto del progresivo aumento del
uso de anticonceptivos por las mujeres de las últimas décadas.
El
sacar a la luz este lado oscuro del invento que cambió la vida de miles de
mujeres, es importante para tratar de mostrar a grandes rasgos sus efectos y
consecuencias reales. Efectos que muchas mujeres que los usan no conocen y que serían
esenciales para que pudieran tomar decisiones realmente libres sobre el modo de
planificar y cuidar su fertilidad. Por otro lado, el uso de estos métodos de
planificación familiar es tan extendido y constituye ya una práctica tan rutinaria
y común entre las mujeres, que las dimensiones que adquiere el problema podría
rayar en urgente y prioritario desde el punto de vista de salud pública e
inclusive económico, sobre todo en las naciones que sufren hoy de un invierno
demográfico que les urge revertir.
Para
acercarnos a un cálculo grueso del número de niños muertos por la anticoncepción
en estas generaciones, independientemente de los muertos por aborto directo,
podemos usar estadísticas e información existente. Para llegar a un número aproximado,
que lo único que busca es evidenciar la gravedad del problema, debe
considerarse el mayor número posible de factores que pueden contribuir a que un
método de anticoncepción produzca un micro aborto, que no se registra por no
requerir atención médica.
Empecemos
por considerar la población total actual del mundo que es ya de 7,000 millones
de personas, de los cuales la mitad: 3,500 millones son mujeres. (1)
La
primera vez que los métodos anticonceptivos fueron introducidos al mercado, en
Mayo de 1960 en Estados Unidos, fue con la entrada de la píldora anticonceptiva
y el dispositivo intrauterino (DIU) desde 1920 en Alemania. (2) Esto implica
que llevan en uso, 54 años y 94 años, respectivamente.
La
generación que comenzó el uso de los anticonceptivos cuenta hoy en día con 71
años. Entonces tomaremos a todas las mujeres que han pasado su edad
reproductiva acompañada de los anticonceptivos, es decir las de 15 hasta los 65
años. Como referencia del número de mujeres de este rango de edades en el
mundo, consideraremos los estimados de
la población de los Estados Unidos que muestra que los cortes demográficos para
estas edades son:
Mujeres
entre 18 años y 65 años: 62.2% del total de las mujeres
Aplicando
estas proporciones al total mundial de las mujeres que han vivido su época
reproductiva en la era anticonceptiva, obtenemos que constituyen el 66.1% de la
población actual. Es decir, aproximadamente 2,313 millones de mujeres pudieron
tener hijos durante los años que llevan en uso los medios anticonceptivos. (3)
A través de las décadas, el porcentaje de
mujeres usuarias no fue constante, sino que fue aumentando hasta llegar a un 54.1% en los noventas, un
60% en 2009 y un 63% en 2012. Sacando un promedio de los porcentajes de estas décadas,
un 42% de las mujeres desde los inicios de la píldora hasta 2012 en Estados
Unidos han usado de forma continua algún método anticonceptivo en ese país (4).
Lo consideraremos representativo del nivel de uso en los países desarrollados.
Lo que resulta en casi mil millones de mujeres usuarias de anticonceptivos a lo
largo de la historia de la anticoncepción.
Considerando
que no todas las usuarias compran la píldora o el DIU, sino que utilizan otros
métodos que no tienen efectos químicos o fisiológicos que puedan producir un
aborto, se percibe que solo el 40% del total de usurarias de todos los métodos
usa la píldora y otros que afectan el sistema endocrino de su cuerpo
(anovulatorios o que previenen la implantación) (5). La píldora ha sido uno de
los métodos más usados, entonces consideremos una proporción igual o parecida
para todas estas décadas. Por lo que 400 millones de mujeres han usado alguno
de estos métodos alterantes de forma consistente a lo largo de su vida fértil.
La
gama de métodos anticonceptivos químicos es muy amplia y su evolución importante.
Los primeros fármacos producidos para este fin contenían altas concentraciones de
hormonas que demostraron tener efectos secundarios para las mujeres, y por esta
causa se redujo su concentración que los hizo menos dañinos, pero que
aumentaron la incidencia de ovulaciones, que para la mujer eran imperceptibles.
(6)
Esta
reducción en su concentración pareció no representar un problema de aumento de embarazos
no esperados porque las sustancias usadas procuraban, al mismo tiempo, alguna
alteración de la fisiología reproductiva que impedían la anidación de cualquier
ovulo fecundado que se hubiera liberado por error, sin mayor manifestación
física externa que un pequeño sangrado intermensual.(7)
A pesar
de buscar inhibir la ovulación, estas sustancias tienen márgenes de falla, en
los que la ovulación sí se lleva a cabo, y en cuyo caso, los cambios a la
fisiología que provocan se encargan de garantizar la prevención del embarazo,
obstaculizando cualquiera de las etapas de éste.
La
cuantificación del margen de una falla de este tipo es central en la
contabilización que buscamos hacer. El dato proviene de las pruebas de
efectividad de los mismos laboratorios que producen estos fármacos sobre la
ocurrencia de la ovulación al año en una mujer que usa anticonceptivos. Se ha
encontrado que hay de un 3% a un 7% de ocurrencia de ovulación a pesar del uso
continuo durante todo un año. Este nivel de ovulación además sube hasta 11% en
mujeres que llevan más de 7 años usando anticonceptivos modernos. (8)
Esto
implica que cada una de los 400 millones de mujeres que usan o usaron
anticonceptivos químicos anovulatorios o antianidatorios, y que naturalmente hubieran
producido 10 a 12 óvulos al año, solo producen un 7% al usar la píldora. Esto
nos dice que ellas producen, por error, a lo mucho un óvulo por año.
La
probabilidad de que ese óvulo sea fecundado es de 3 a 5% en cualquier periodo
de ovulación. Por lo que cada año de su vida fértil, una mujer que usó
anticonceptivos tuvo un 5% de
probabilidad de ovular y concebir un bebé. Esto se repitió 35 veces en los años de fertilidad de cada una de ellas. (9)
Esto
indica que cada mujer que usa o usó la píldora tendrá al menos entre 1 y 2 micro
abortos durante toda su vida reproductiva. Esto nos lleva a calcular que las
400 millones de mujeres que toman o tomaron la píldora habrán tenido, un total
global de alrededor de 700 millones de micro abortos para el año 2049. Un promedio
de 7 millones de bebes muertos por año. Lo que significa que en lo que lleva de
uso la píldora, han muerto alrededor de
378 millones de niños.
Junto
a estos métodos químicos hay que agregar el DIU con un nivel de falla del 0.8%,
que implica que puede evitar la implantación del bebé el 99.2% de las veces que
se fecunda un óvulo. En este caso no hay el efecto anovulatorio de los químicos,
por lo que la periodicidad de la ovulación en la mujer se da normalmente. (10)
El número
de usuarias de DIU hoy en día está alrededor de 5.6% del total de usuarias de
métodos anticonceptivos. (11) Consideremos entonces un posible promedio de uso
del 1% a través de la historia del DIU. Esto nos daría 10 millones de mujeres
que lo han usado a lo largo de 94 años y hasta el año 2049. Con un promedio de un
millón y medio de micro abortos al año provocados por el DIU, tenemos que en los
94 años de uso se dieron un total de 153 millones de micro abortos.
Entonces
a los 378 millones de niños muertos en micro abortos por uso de la píldora
agreguemos los 153 millones provocados por el uso del DIU.
La
contabilización global general total del número de muertes no
consideradas, producidas por los métodos
anticonceptivos durante estas décadas llega a ser aproximadamente de 531 millones
de bebés.
Comparando
este resultado con los 56 millones de niños muertos por aborto directo desde
1973 (12), habla de
un problema más grave que el aborto mismo, pues este último queda minimizado
ante las dimensiones catastróficas de las vidas perdidas a manos de los
fármacos.
Los
niveles de pérdida de vidas humanas se
muestra alarmante, y más ante el actual problema demográfico que sufren
continentes enteros por la falta de población.
Perdidas
silenciosas y casi imperceptibles a los ojos de miles de mujeres que son parte,
a veces inconsciente, de esta tragedia, y que merecen la verdad ante todo.
Por
Ana Elena Barroso
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