EL COSTO DE UN DIA SIN HOGARES: Y NO SOLO CALCETINES SUCIOS





¿Qué sucedería si un día todas las personas que trabajan y mantienen un hogar dejaran de lavar, planchar y mantener la ropa que los miembros de la familia usan?
 
 

En Inglaterra, la omisión de esa sola acción, sin considerar todas las demás que se hacen diariamente en los miles de hogares, le costaría a esa nación tres veces el presupuesto que gasta al año en defensa nacional. 1

Las dimensiones de la contribución de las personas que trabajan en el hogar siempre ha sido un tema minimizado y opacado por la contribución más evidente y tangible de las mujeres y hombres que realizan un trabajo remunerado fuera de casa y que contablemente aportan al PIB de las economías. Esta devaluación es aún mayor cuando se trata de actividades menos “productivas” como educar a los niños, cuidar a los miembros enfermos, ancianos y discapacitados de las familias, así como acompañar emocionalmente, día a día, a cada miembro en su desarrollo personal.

Es hasta hace poco que expertos en economía han dirigido su mirada a esta oculta labor, que por siglos ha subsidiado la satisfacción de las necesidades de miles de personas, que no requieren del gobierno o seguridad social, porque la reciben dentro de su propia familia y hogar.

Tal es el caso de la ONS (Oficina de Estadística Nacional) del Reino Unido que, por primera vez en 2015, podrá poner en blanco y negro los esfuerzos de tantas personas, la mayoría mujeres, que se dedican de forma personal o remunerada al trabajo del hogar.  Este cálculo, formara parte del PIB de esa nación para el verano de este año. 2



Esta inclusión no solo se queda en eso, sino que por fin considera la realidad tantas veces ignorada, a veces por razones “políticamente correctas”, de la salida de las mujeres de los hogares para realizar un trabajo remunerado. Al inicio de este fenómeno social, los números en las economías solo lo mostraban como un incremento en los ingresos, pero se dejaba en blanco el costo de todo aquello que dejaban de hacer en el hogar al salir a trabajar, y que de alguna otra manera se debía cubrir.


 

Además del desbalance contable que esto causa, han salido a relucir otros elementos de inequidad al mantener esta labor en el olvido, como lo deja ver el Lic. Noah Zatz abogado y profesor de la Escuela de Leyes de California, que abarca el tema desde una perspectiva legal. Él señala que las personas que deciden llevar una casa y una familia están “penalizados” fiscalmente y dentro de la seguridad social, al no recibir cobertura por discapacidad, enfermedad, desempleo o retiro, ni contar con alguna deducibilidad en el ingreso familiar. 3

El desdén de esta actividad tiene efectos todavía más amplios y permanentes que se perciben en un rechazo social por no tener un valor contable, sobre todo en los hombres, y que hace que casi ninguna persona quiera dedicarse a ella.


 

La contabilización económica de esta labor es un paso muy importante en el reconocimiento de su gran valor. Pero, para tener un efecto realmente significativo, debe llegar a la profundidad de lo que el trabajo del hogar abarca: el desarrollo de capital humano, la atención personalizada en el desarrollo de sus miembros, el fomento de hábitos y valores personales y sociales, además de la cohesión social que las familias dan a sociedades enteras.
 
Por Ana Elena Barroso




 

Comentarios

  1. Muy interesante y qué cierto es. La labor del hogar, oculta a los ojos de los economistas, pero tan real y necesaria para el sano funcionamiento de la sociedad. Bravo por todos quienes de una forma u otra apoyan a la familia.

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