El Día Internacional del Medio Ambiente trata de hacernos
conscientes de la protección de la naturaleza, Y habría que analizar si este fin
de “mejorar el ambiente” puede brindar grandes beneficios ecológicos para
algunos miembros de la humanidad, especialmente para las mujeres. Mientras se
busca lo más natural para cultivar plantas y cuidar animales, se ha limitado la
búsqueda de medios naturales para la planificación familiar, que la mujer y el
hombre puedan compartir en responsabilidad y que no deterioren su bienestar
físico, emocional o social.

“De acuerdo a la industria
médica, las mujeres estamos discapacitadas por la menstruación y todo los
mensajes están encuadrados en esta ideología. No hay cabida en la discusión
para los beneficios que trae la ovulación. El embarazo se describe, muchas
veces, con términos que lo sugieren como una enfermedad.” (1)
Por otro lado ,Eberstadt, toca el área psico-afectiva de la
mujer que se ha visto bombardeada por el cambio de conceptos que la
anticoncepción ha traído a la parte más importante de su ecosistema social: la
relación de pareja.
En su libro “Adam and Eve after the Pill”, Eberstadt , tras
analizar los cambios que se han sucedido en las relaciones de pareja en los
últimos cincuenta años, encuentra una fuerte relación de éstos con el arribo de
la anticoncepción. Define a ésta como “la maquina tecnológica de los cambios
negativos en la manera como hombres y mujeres viven su sexualidad y sus
relaciones en general.” (2)
Se basa en la evidencia de los efectos contemplados en estos
50 años: el aumento de sexo premarital y cohabitación, de relaciones
extramaritales y del divorcio, los cuales afectan a la mujer que acaba
sosteniendo sola a los hijos.
Ella ve a
la píldora como un medio de poner a las mujeres a la disposición de los hombres
en sus términos, que no las favorecen. En este aspecto, contrasta a los Estados
Unidos con Japón, donde los hombres usan más condones por respeto al cuerpo de
la mujer.
¨La sociedad demanda a la mujer
el estar sexualmente disponible” (3)
La píldora anticonceptiva ha logrado este objetivo, y sin
embargo “no ha cumplido con la promesa de dar a la mujer más libertad y más
igualdad en el contexto de las relaciones sexuales, al presionarlas a tener
sexo como un hombre; ni en el área profesional, donde a la mujer se le ha
comprimido en el molde laboral de una sociedad que todavía idealiza al hombre.”
(4)
Ante este método poco
natural y en cierto modo invasivo de vivir la sexualidad, Grigg-Spall encuentra
una alternativa ecológica, que además ayuda a revertir la dinámica erosiva de cómo
se vive la sexualidad de pareja. Ella se
refiere a los Métodos de Conocimiento de la Fertilidad, que además de evitar la
contaminación química de su cuerpo, le
permite gozar del beneficio químico de la ovulación y de la fluctuación de las
hormonas, pudiendo sentir sus emociones más intensamente.
¨La menstruación regular con su
consiguiente ovulación es la llave para un corazón, huesos y pechos sanos a lo
largo de la vida de la mujer.”(CEMCOR) Center
for Menstrual Cycle Research (5)
Con estos métodos, no solo la relación de pareja mejora al
involucrar a ambas partes y hacer hincapié en la importancia del respeto a las
necesidades de la mujer, sino que reducen la tasa de divorcio hasta solo un 0.2% .(6)

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