En este día del padre, se debería lanzar una mirada al mundo
poco atendido de los hombres que llevan una familia. Aquellos que se ven poco y
se extrañan mucho en los hogares de nuestras comunidades. Su ausencia es
sentida por todos los miembros y las causas pueden darnos una idea de los
obstáculos que ellos tienen en este aspecto y de los factores claves para
mejorar esta situación.
Desde la revolución industrial y los cambios que ésta trajo
a la estructura y dinámica familiar, la ausencia más pronunciada del padre de
familia ha sido un factor determinante en la crianza de las generaciones
modernas.
La actividad familiar fue cambiando. Antes de esta gran
revolución la dinámica de convivencia
era continua entre padres, abuelos, jóvenes y niños alrededor de las
labores del hogar y de la producción de bienes y servicios se realizaba en el
mismo lugar: la casa familiar. A partir de la creación de los nuevos centros de
producción en las fábricas, el padre es el primero que abandona el ambiente
familiar para instalarse cerca de los centros industriales. Los hogares dejaron
de producir y se dedicaron al cuidado de los miembros de la familia.
El hombre moderno se encuentra todavía enclavado en esa misma
secuencia de vida: salir del hogar para realizar un trabajo remunerado, a veces
a grandes distancias, por un extenso lapso de tiempo, dejándole muy poco tiempo
para interactuar con su familia.
La razones que los mismos hombres dan para no poder estar más
con sus hijos giran alrededor de su actividad laboral. Así lo confirma el
estudio IMAGES ( International Men and Gender Equality Survey) 2011, coordinado
por Instituto Promundo y The International Center for Research on Women (ICRW) que
se llevó a cabo en varios países como
Chile, Brasil y en México con la ayuda del Colegio de México se avoco a
recoger datos sobre este problema y encontró que:
·
La mayoría de los hombres declaran tener muy
poco tiempo para estar con sus hijos por razones de trabajo (55% en México).
·
Una gran mayoría de ellos asegura que aceptaría
trabajar menos si eso significara pasar más tiempo con sus hijos ( 75% en
México).
·
Además la gran mayoría asegura sentir que su rol
en el cuidado de los niños es principalmente como ayudante (74% en México). (1)
Todo esto muestra una necesidad mutua entre padres e hijos
de más cercanía y convivencia y descubre al trabajo como factor principal de la
dificultad de llenarla, por lo que el área para mejorar esta situación es la
laboral. Muestra también una percepción limitada del hombre su labor de padre,
que lo hace verla como algo marginal y poco mportante.
Varios elementos de las relaciones laborales pueden ser adaptados
para lograr una mayor interacción padre-hijos. Desde horarios flexibles de entrada,
salida o comidas que pueden permitir que los horarios de escuela y trabajo
coincidan en tiempos libres para usarlos juntos, hasta procurar que la casa
habitación de la familia se sitúe lo más cerca posible del lugar de trabajo del
padre. Importante es incluir el permiso de paternidad durante el nacimiento de
los hijos, que en varios países ya es una realidad.
También se podría incorporar actividades de inclusión
familiar en los días de trabajo, donde se puede llevar a la familia a conocer
lo que el padre realiza en su trabajo, y así los hijos aprecien la actividad
del padre.
Finalmente, la tecnología puede aportar grandes ideas en
este campo de acercar a las personas por medio de las pantallas. Así se podría
tener una comida familiar virtual, para que el padre pueda platicar con los
hijos mientras comen. Aún más, la posibilidad, que hoy en día ya es un hecho,
de poder trabajar desde el hogar a través de una computadora sin tener que
transportarse al centro de trabajo todos los días.
Pero el área más importante a trabajar es la de mejorar la
percepción de la labor de padre, y hacer conciencia entre los hombres de lo
central que es su presencia en el seno familiar.
Por Ana Elena Barroso
p 31
Totalmente de acuerdo contigo. Qué importante y entrañable es el padre en la familia. Su relación con la madre es complementaria no antagónica. Juntos ofrecen amor, cariño, alegría, etc. al hogar.
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