EL RELOJ BIÓLOGICO DE LAS MUJERES Y EL APOYO DE LA IGLESIA


 
 
 
 
Durante las últimas décadas, la Iglesia Católica ha hecho hincapié en los peligros que las políticas demográficas traerían a las comunidades y países. Además ha generado conciencia de la presión que la cultura del “producir ante todo”, ejerce sobre la mujer. (1)
 

A pesar de ir contracorriente, esta institución ha seguido defendiendo la dignidad de las mujeres, haciendo ver la necesidad de protegerlas y ayudarlas durante la maternidad, sobre todo de las madres trabajadoras. En el ámbito laboral, ha insistido en la importancia de la conciliación entre familia y trabajo para ambos padres. (2)
 

Las consecuencias de estas políticas ya se han dejado ver en algunos países europeos donde los efectos no solo se reflejan en los bajos niveles de natalidad, sino en miles de mujeres que viven la agonía de tratar de tener hijos a edad avanzada, después de alcanzar los objetivos de su carrera profesional. Para muchas otras, la necesidad de un ingreso y las difíciles condiciones para armonizarlo con la maternidad y el cuidado de los hijos, las ha orillado a posponer el ser madres.

En el caso de Inglaterra, donde las mujeres han pospuesto por muchos años su maternidad desde los 20 años, se ha registrado toda una generación nacida en los sesentas, donde el 22% de las mujeres no tuvieron hijos y se dedicaron a sus carreras profesionales, y las que sí engendraron hijos, tuvieron menos de los que esperaban por la edad avanzada a la que comenzaron su familia. Además una de cada seis parejas presentó dificultades para concebir. (3)
 
El problema es tal, que este año, la Ginecóloga especialista Geeta Nargund, cabeza del Departamento de Medicina Reproductiva del Hospital St. George de Londres, ha enviado un documento a la Secretaria de Educación de ese país, Nicky Morgan, insistiéndole que dentro los planes de estudios para jóvenes de las escuelas se incorpore información sobre el comportamiento de la fertilidad humana a lo largo de la vida.
 

La Dra. Nargund subraya:” Las mujeres educadas no están necesariamente capacitadas en temas de fertilidad”, y deja ver que los jóvenes no están enterados sobre los efectos que la edad, el alcohol y el cigarro tiene sobre la fertilidad y pide que se les recomiende tratar de empezar una familia, a más tardar a los 30 años. (4)

Las experiencias con las mujeres de países de primer mundo, deja ver la importancia de lo que ha sugerido la Iglesia Católica de protegerlas y ayudarlas durante la maternidad.
 
Sin embargo, lo importante es enseñar al resto de los países, cuyas poblaciones todavía son jóvenes, que todas las acciones para proteger y revalorar la maternidad y paternidad junto con políticas laborales que permitan un equilibrio sano entre familia y trabajo, serán una inversión a largo plazo.
 
Éstas beneficiarán no solo a la pirámide poblacional y a la economía de dichos países, sino la estabilidad de miles de familias, parejas y sobre todo de mujeres que buscan realizarse en su anhelo de ser madres, además de cumplir con sus responsabilidades tanto laborales como familiares.

 

Por Ana Elena Barroso




(4)        IDEM

Comentarios