Para empezar bien el año nuevo, México abrirá la discusión
de la legalización de la mariguana para uso medicinal y recreacional, para
poder prevenir muchos de las consecuencias que, por décadas, su ilegalidad ha traído
a nuestro país: corrupción, mercado negro, narco gobierno, mafia y violencia,
además de la ya conocida atracción que su prohibición produce en los jóvenes. Pero la legalización ¿Soluciona
realmente estos problemas? ¿Es la única alternativa viable a este complejo tema?
En otros países, que ya han recorrido este camino, la
legalización ha traído aumento en el consumo de la droga(1),y además ha llevado
a exponer a sus usuarios al uso de drogas más fuertes, y sus correspondiente
comercio ilegal .(2)
Por otro lado, la legalización solo se ha aplicado a los
consumidores adultos, por lo que los jóvenes y adolescentes, que constituyen la
mayoría de los usuarios de primera vez de esta droga siguen teniendo que buscar
la forma clandestina de obtenerla y por lo tanto seguirán alimentando el
mercado negro y las mafias del tráfico buscarán enganchar a más menores de edad
para compensar el mercado perdido de los adultos. (3)
Pero los problemas que acarrea el estado actual de
ilegalidad tienen que ser atacados y erradicados de raíz. Tiene que ser un método que acabe con el tráfico
ilegal, sus mafias y violencia, y a la vez, proporcione atención a los usuarios
en su uso y abuso, para poder dejar la droga si así lo prefieren y prevenir la
adicción en jóvenes y adolescentes. Y la legalización parece dejar todas estas
complicaciones sin resolver.
Una opción, que no ha tenido mucho eco, y que ataca el
problema de forma realmente integral, es la INSTUCIONALIZACION DE LA MARIGUANA.
Esta propuesta contempla que los usuarios reciban la marihuana
que necesitan a través de un médico certificado de una institución del sector
salud. La adquisición de la droga se podría hacer directamente con él o en
farmacias establecidas. Con esto, la adquisición se haría en forma legal , comercial
y más barata, pero se agrega la supervisión médica para asistir al usuario en
el uso, abuso o abandono del consumo de la misma.
En el caso de los jóvenes y menores consumidores, el proceso
sería el mismo pero con una dinámica más preventiva, pues la iniciación
temprana aumenta el riesgo de adiciones a drogas más fuertes. (4) Inclusive se
podría ofrecer la posibilidad de rehabilitación y prevención de adicción si así
los considera necesario los tutores o responsables de los menores. Con lo que
se podrían atender casos en que el abuso se produce por escape de problemática personales,
familiares o sociales, en vez de ser un uso recreacional elegido.
Hasta donde se puede ver, la discusión del tema de las
drogas, no debe ser sobre la legalización o no legalización de la mariguana y
de las drogas, que es evidente debe de salir de la clandestinidad. La discusión
debe incluir mucha fundamentación médica de salud y concentrarse en el mejor
método para hacerla accesible a los usuarios considerando sus diferentes
necesidades y motivos de consumo y la prevención de la adicción que afecte la
salud del usuario.
Esto solo se puede dar a través de una atención integral que
una pura legalización nunca podrá proveer.
Por Ana Elena Barroso
(4) IDEM
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