En la era moderna en la que las comunicaciones han
evolucionado con más rapidez y que han conectado a más personas que nunca,
encontramos, paradójicamente menos entendimiento y compresión. Hemos aprendido
a usar el móvil pero se nos ha olvidado cómo escuchar al otro. Recibimos miles
de opciones de información instantáneamente pero nos seguimos hipnotizando con
lo estruendoso, sensacionalista y amarillista. Por eso, la fe católica se ha
preocupado por insistir en la humanización de los medios de comunicación y la
centralidad de una cultura del encuentro en los múltiples mensajes y formatos
comunicativos
Buscando hacer relevante este tema, El Papa ha centrado la Jornada
Mundial de las Comunicaciones del 2017, que se celebrará el domingo anterior a
Pentecostés, alrededor de la responsabilidad del comunicador, que en esta era
virtual somos todos, al aseverar que el “periodista” ( léase yo, tú y ellos)
“escribe el primer borrador de la historia.”.
Los medios cambian y evolucionan pero la labor de esta
profesión, ya universal, sigue siendo esencial por lo que debe dejarse guiar
por 3 ejes esenciales: amor a la verdad, vivir con profesionalismo al no
someter la profesión a la lógica de los intereses partidistas, económicos o
políticos” (1) o aun tener “como objetivo preponderante inducir al consumo o a
la manipulación de las personas “. (2) y respetar la dignidad humana, evitando
lo que ya en 2014 había señalado como destructivos para la comunicación para el
“encuentro”: la desinformación, la calumnia y la difamación.(3)
Además ha insistido desde hace ya varios años en la
importancia de construir una cultura del
“encuentro” cimentadora de paz donde:
“Cada
vez más y en todas partes el periodismo sea una herramienta de construcción, un
factor de bien común, un acelerador de procesos de reconciliación, que sepa
rechazar la tentación de fomentar el enfrentamiento con un lenguaje que avive
las llamas de la división, y favorezca, en cambio, la cultura del encuentro”.
(4)
En esta cultura del “encuentro”
en las comunicaciones, la forma es tan
importante como el contenido pues:
“En la vida no todo es blanco o negro.
También en el periodismo, debemos ser capaces de discernir entre los matices de
gris de los acontecimientos que estamos llamados a contar. Los debates
políticos, e incluso muchos conflictos, rara vez son el resultado de una
dinámica clara, donde se reconoce sin ambigüedades quien está equivocado y
quién tiene razón”, (5)
Y la inclusión de los múltiples elementos que
tejen la realidad humana y los diferentes puntos de vista de todas las partes
incluidas en una noticia o reportaje, para no deshumanizar, ladear, discriminar
o condenar a personas o grupos, sino provocar la reflexión ,el acercamiento a
la realidad del otro para comprender lo que sucede desde una perspectiva más
humana:
“Correr rápido hacia una solución, sin
concederse el tiempo necesario de representar la complejidad de la vida real,
es un error frecuente dentro de una comunicación siempre muy veloz y poco
reflexiva.” (6)
La propuesta de la fe católica va más allá al agregar como
ingrediente central en la comunicación
la confianza y esperanza que la fe en Jesús nos ha brindado:
“No temas, porque yo estoy contigo’”
“En su Hijo, Dios se ha hecho solidario
con cada situación humana y ha revelado que no estamos solos, porque tenemos un
Padre que no se olvida de sus hijos”. (7)
Por eso:
“El tema de la próxima Jornada Mundial de
las Comunicaciones Sociales es una invitación a contar la historia del mundo y
las historias de los hombres y de las mujeres, según la lógica de la ‘buena
noticia’ que nos recuerda que Dios nunca renuncia a ser Padre, en cualquier
situación y con respecto a cada ser humano. Aprendamos a comunicar confianza
y esperanza para la historia”. (8)
Finalmente advirtió a los
comunicadores, especialmente a los católicos, que el encuentro necesita también
“proximidad” y que la comunicación es instrumento para el encuentro y no un fin
en sí mismo:
“No se ofrece un testimonio cristiano
bombardeando mensajes religiosos, sino con la voluntad de donarse a los demás
‘a través de la disponibilidad para responder pacientemente y con respeto a sus
preguntas y sus dudas en el camino de búsqueda de la verdad y del sentido de la
existencia humana’”. (9)
Por Ana Elena Barroso
°mujer_catolica
(5) Idem
(8) Idem
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