No es bueno perderse en
la ensoñación de un futuro grandísimo. Queremos ser mejores, queremos
superarnos pero haciendo algo que realmente sea una proeza, ¡qué se vea!,
queremos alcanzar la perfección y tal vez la santidad, pero... eso será mañana
porque ahora estamos muy ocupados, tenemos miles de problemas, tal vez cuando
estos se resuelvan... Todos nuestros buenos propósitos se quedan en
"eso" para un mejor momento, para mañana...Y cuando la vida se nos va
y nos damos cuenta que es esa vida, que son la suma de los instantes, de las
horas, los días y los años en que vamos dejando pasar todas y cada una de esas
pequeñas cosas que podrían se fruto de nuestra lucha por mejorar porque en las
cosas pequeñas está la verdadera santificación si las sabemos vivir, si sabemos
convertir lo ordinario en lo extraordinario.
No tenemos que ir al encuentro de cosas
grandes, de grandes sacrificios, grandes ayunos, grandes renunciaciones,
grandes proezas, no, las cosas simples, pequeñas, vendrán a nosotros, saldrán a
nuestro paso con el diario vivir y es entonces cuando tenemos que tener el
ánimo presto, la voluntad decidida.
El momento heroico de saltar de la
cama, a su hora, para no llegar tarde y
cumplir con nuestro deber, ese trabajo que tanto nos fastidia, hacerlo con gusto,
con amor, esa sonrisa al compañero, ese buscarle alguna virtud en vez de
dejarnos llevar por la fácil pendiente de la crítica, ese saber escuchar, ese
templar la voluntad no saboreando la golosina que nos ofrecen, ese saber
esperar un rato más para saciar nuestra sed, esa valentía de no escudarnos en
la mentira fácil.
No esperamos a
"ese mañana" cuando todas las cosas estén en perfecto estado y a nuestro gusto. Empecemos hoy, ahora, en este
mismo momento. Antes de que nos podamos dar cuenta se nos presentará la
oportunidad de santificarnos en estas cosas tan nuestras de todos los días...
En las cosas simples, en las cosas pequeñas, esas que no nos dan más, esas son,
las que harán que nuestra vida merezca ser vivida en todo lo que vale.
Por: MARÍA ESTHER DE ARIÑO.
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