No solo es donde
vivimos, en el mundo entero el tránsito es imposible, la tiendas están
abarrotadas, el teléfono, los correos no para, los aviones traen y llevan
multitud de personas que desean estar cerca de la familia, de los amigos, de
los seres queridos...El dinero corre, se escapa de las manos, se compra, se
regala... las casas se engalanan: luces, música, fiesta .. .¿porqué todo
esto?...pues porque nos ha nacido un Salvador, nuestro DIOS se hace niño para
que al verlo tan frágil no nos inspire temor o miedo, sino amor y ternura.
Y con estos
preparativos hemos pasado muchos días, muchas horas y mucho tiempo. Y pensemos
si también por el que hacemos tantos preparativos le hemos dedicado siquiera
una hora, unos minutos para estar íntimamente en su compañía en un diálogo
donde le contemos nuestros afanes, nuestras preocupaciones, nuestros sueños,
nuestras penas, todo lo que llevamos en nuestro corazón.
A veces oímos por ahí,
que DIOS es un Dios lejano, un SER Omnipotente que no se va a estar ocupando de
nuestras pequeñeces, de nuestros problemas... ¡cómo se puede pensar así! si su
amor es tan grande que siendo DIOS nace de una mujer de nuestra misma especie,
que como se dice en el "Ángelus", y "el Verbo se hizo carne y
habitó entre nosotros", si, habitó entre nosotros, fue de este mundo,
igual que eres tú, que soy yo, y tuvo frío y tuvo hambre, y sueño y cansancio,
penas y alegrías. Se entregó voluntariamente a una muerte terrible para que se
nos abrieran las puertas del cielo, para vencer a la muerte resucitando y así
darnos vida eterna. No quiso volver al Padre sin quedarse para ser nuestro
alimento y nuestra fuerza y realizó el Milagro de Amor que es la Eucaristía.
Pan y vino, su Cuerpo y su Sangre. Un perdón de nuestros pecados y una amistad
con los hombres que tanto ama, ¿ podemos
pues llegar a pensar que es un DIOS que no nos oye, que es indiferente,
que es lejano?.
Seguir sus pasos no es
fácil y El lo sabe... nos pide amor, humildad y aprender a pedir perdón, ser
generosos y dar nuestro perdón a quién nos lo pide, sin rencores, sin reproches
y estar conscientes de que de nosotros depende que los seres que nos rodean
sean felices.
La alegría y la sonrisa debe acompañarnos siempre pues nos has dado Señor, a manos llenas regalos y dones y por ello toda esta familia ante ti, ante tu Madre y Madre nuestra, la Virgen María y San José que contemplaron atónitos y llenos de amor tu Nacimiento, te damos gracias... y el regalo más bonito ¡qué estemos todos juntos ante ti en esta Noche buena, Señor!, y te queremos pedir que nos des todo lo que Tu sabes que nos conviene y que podamos amarte cada vez más y hacerte amar por todos los que nos rodean!.
¡¡ Feliz, muy feliz Nochebuena !!.
TEXTO ORIGINAL de MARÍA ESTHER DE ARIÑO.
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