Noche de Reyes. Noche mágica y misteriosa. Noche que hace palpitar
aceleradamente los corazones infantiles
y que al cerrar sus ojos para dormir, los hará soñar con la tierna ilusión de
una muñeca o de un tren de bonitos colores. Porque a pesar de que ahora los
juguetes han alcanzado perfecciones
insospechadas y técnicas admirables, nada podrá igualar al maravilloso encanto
y tierna sencillez de una muñeca "vestida de azul" o de un tren de
alegres y vivos colores.
Sueñan los niños y porque
sus almas son inocentes y tienen fe, encontrarán sobre sus zapatitos, que esta
noche brillan de tan limpios que están, los juguetes anhelados... "porque
se portaron bien" y escribieron una carta que siempre empezó así: Queridos
Reyes Magos....y los mágicos personajes, Melchor, Gaspar y Baltasar, vendrán al
conjuro de esos deseos ingenuos, con sus hermosas capas, con dos coronas y un
turbante, para dejar sus regalos.
De tanto pensar en ellos, sienten los niños que en el silencio de esta
noche han oído como un rumor de pasos, roce de sedas, terciopelos y
brocados...Son los tres Reyes Magos que han pasado. Y ojalá que esos niños
guarden para siempre la ilusión y magia de esta noche tan singularmente bella
para que, cuando adultos, en sus nuevos hogares, siempre haya una "noche de Reyes". ¡ Qué bonito
sería pensar que esta noche todos los niños duermen con esta espera maravillosa!
Pero el cuadro tiene su
claro-oscuro. Las sombras que nos estrujan el corazón de miles y miles de niños
que esta noche no pondrán sus zapatos porque no los tienen, porque sus pies
caminan descalzos sobre la tierra de este Planeta. Que no pedirán ni un tren ni
una muñeca sino un mendrugo de pan para tener algo que comer en esta noche de
Reyes. Estos niños nos están gritando
con el grito silencioso de su presencia, que de nada sirven los tecnicismos de
esta era si a los hombres se nos ha endurecido el corazón. Pobre humanidad,
envanecida y orgullosa...¡de qué podemos estarlo! si los hombres se matan y los
niños tienen hambre.
Hacer a los niños felices sería el mejor
regalo y más aún para nuestras conciencias. Que la mejor meta al llegar el
nuevo año sería que no existiera un solo niño sobre la faz de la tierra, en la
calle, con hambre y descalzo
Será sin duda el mas severo
juicio al que seremos sometidos ante el Creador, porque estuvieron a nuestro
lado y no los quisimos ver, tuvieron hambre y no les dimos de comer, tuvieron
sed y no les dimos de beber...
Esta noche, Noche de Reyes,
la humanidad entera y cada uno de nosotros, tendríamos que convertirnos en un
Rey Mago, abrazar contra nuestro pecho a un chiquitín, besar sus mejillas
sucias, sus ojos tristes y caer de rodillas y pedirles perdón.
POR: MARIA ESTHER DE ARIÑO
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