Noche de Reyes. Noche mágica y misteriosa. Noche que hace palpitar
aceleradamente los corazones infantiles
y que al cerrar sus ojos para dormir, los hará soñar con la tierna ilusión de
una muñeca o de un tren de bonitos colores. Porque a pesar de que ahora los
juguetes han alcanzado perfecciones
insospechadas y técnicas admirables, nada podrá igualar al maravilloso encanto
y tierna sencillez de una muñeca "vestida de azul" o de un tren de
alegres y vivos colores.
Sueñan los niños y porque
sus almas son inocentes y tienen fe, encontrarán sobre sus zapatitos, que esta
noche brillan de tan limpios que están, los juguetes anhelados... "porque
se portaron bien" y escribieron una carta que siempre empezó así: Queridos
Reyes Magos....y los mágicos personajes, Melchor, Gaspar y Baltasar, vendrán al
conjuro de esos deseos ingenuos, con sus hermosas capas, con dos coronas y un
turbante, para dejar sus regalos.
De tanto pensar en ellos, sienten los niños que en el silencio de esta
noche han oído como un rumor de pasos, roce de sedas, terciopelos y
brocados...Son los tres Reyes Magos que han pasado. Y ojalá que esos niños
guarden para siempre la ilusión y magia de esta noche tan singularmente bella
para que, cuando adultos, en sus nuevos hogares, siempre haya una "noche de Reyes". ¡ Qué bonito
sería pensar que esta noche todos los niños duermen con esta espera maravillosa!
Hacer a los niños felices sería el mejor
regalo y más aún para nuestras conciencias. Que la mejor meta al llegar el
nuevo año sería que no existiera un solo niño sobre la faz de la tierra, en la
calle, con hambre y descalzo
Esta noche, Noche de Reyes,
la humanidad entera y cada uno de nosotros, tendríamos que convertirnos en un
Rey Mago, abrazar contra nuestro pecho a un chiquitín, besar sus mejillas
sucias, sus ojos tristes y caer de rodillas y pedirles perdón.
POR: MARIA ESTHER DE ARIÑO
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