LA
INDIFERENCIA es un fenómeno preocupante.
No
se toma ya, como algo importante la existencia de Dios, no es inquietante el
sentido de la vida, ni del sufrimiento, e incluso de la muerte…. Diariamente
las noticias nos hablan de miles de muertos en un lugar y otro de nuestro
planeta, de gente que sufre, que muere de modo dramático y nos vamos
acostumbrando poco a poco y lentamente
al dolor…
La INDIFERECIA sea quizá el escudo a esta nueva forma de ver y
vivir la vida.
Vivimos con desenfreno el consumismo. Solo es importante el “ aquí y el
ahora”. Cuánto tienes y no cuánto vales.
Hay una flojera enfermiza que nos deja insensibles y no nos permite
preguntarnos ¿ quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos?
No
queremos agobiarnos con las prohibiciones
que encontramos, los católicos, en Los Mandamientos de la Ley de Dios
haciendo una nueva religión, un Cristo a nuestra manera, un Dios más laxo, más
“ light” que nos permita vivir cómodamente y el cumplimiento no signifique ni
donación ni sacrificio…. Nos aburre, nos fastidia y preferimos adentrarnos en
la vida de los astros, de los deportistas, músicos y espectáculos de última
hora, de los que están de moda sin poner freno ni límite a su forma de vivir en
plenitud en la ausencia del pensamiento de que Dios existe y esta realidad
preferimos ya no aceptarla …
El Papa Francisco ha hablado de ella.
Ha hablado de la INDIFERENCIA y lo ha hecho con pena y
preocupación. Esta INDIFERENCIA es como
una gran epidemia que hace enfermar al mundo y se va infiltrando en la mente y
en las almas de los que se dejan contaminar por ella sin poner objeción por ser
a si, una postura cómoda y fácil.
Misericordia pide el Papa .
Misericordia a TODOS. Católicos, creyentes
de otras religiones, de TODAS las religiones, a los que son agnósticos, a los ateos, a los indiferentes, a los
exclusivistas, a los racistas … en una
palabra a todos los seres que hoy ocupamos este planeta, por todos nuestros
hermanos que tanto sufren, muchos ya sin patria y con hambre, ya que TODOS debemos formar un frente común para cambiar
nuestro estilo de vida.
Para estar llenos de piedad, de empatía, de comprensión y misericordia
que llegará a nuestro corazón , cada
día, desde el pozo de la oración.
Trabajemos con la hermosa
potencia de crecimiento y comprensión, no importa la edad, no tengamos
miedo de llevar nuestro corazón a flor de piel ante los demás, no seamos avaros
de nuestras palabras de amor y de amistad.
Seamos valientes para vivir una vida llena de pasión y sobre todo
empeñarnos en una búsqueda de Dios y hacerlo el Eje de nuestra existencia
porque todo lo demás se nos dará por añadidura.
por: MARÍA ESTHER DE ARIÑO.
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