En
las ultimas
décadas la asociación del terrorismo con la religión del Islam ha
sido muy pronunciada y la persecución de diferentes grupos por sus
creencias religiones en diversas regiones del mundo ha ido en
aumento. Conscientes de esto, los máximos
guías espirituales de la fe católica
y del Islam se reunieron hace unas semanas para reflexionar
sobre estos problemas y tratar de construir
en conjunto cultura de tolerancia, justicia
y paz a través de las enseñanzas pacifistas de ambos credos y
de la hermanción de las estas dos fes.
Con
ocasión del octavo centenario del
encuentro entre san Francisco de Asís y el sultán al-Malik
al-Kāmil, el Gran Imán de Al-Azhar
y el Papa Francisco se
reunieron en de los Emiratos Árabes Unidos, en
Abu Dhabi donde,
por primera
vez un Papa toca
tierra árabe.
(1)
Al
reunirse con el Consejo Musulmán de Ancianos, que es una
organización internacional independiente establecida en Ramadán 21,
1435 Hijri (18 de julio de 2014) para promover la paz en las
comunidades musulmanas, el Papa Francisco hizo hincapié en la
verdadera raíz
de la violencia que invade todas las áreas del quehacer humano:
“El
enemigo de la fraternidad es el individualismo, que se traduce en la
voluntad de afirmarse a sí mismo y al propio grupo por encima de los
demás. Es una insidia que amenaza a todos los aspectos de la vida,
incluso la prerrogativa más alta e innata del hombre, es decir, la
apertura a la trascendencia y a la religiosidad.”
(2
)
Y
durante el Encuentro Interreligioso en el Memorial del Fundador de
los Emiratos Árabes Unidos, el Papa subrayó “los valores de la
fraternidad fundada en el común origen de Dios, de quien se deriva
la dignidad inviolable de toda persona”, y condenó
todo acto terrorista mal asociado con alguna razón religiosa …
“Por
lo tanto, es imposible justificar cualquier acto de violencia en el
nombre de Dios. De hecho, eso le ofende gravemente y contradice el
espíritu de la religión” (3)
Para
culminar este evento trascendental, firmaron conjuntamente
un documento único
en su naturaleza , donde los
jerarcas plasmaron claramente este diagnostico y subrayaron la
riqueza que sus fes pueden aportar a un mundo con más paz y menos
violencia, por medio de la misericordia
como medio de justicia, la familia como cultivadora de paz, las
libertades de credo, pensamiento y acción
como pilares de desarrollo humano, el sentido religioso bien formado
para el fin del fanatismo, y...
- “Nosotros, aun reconociendo los pasos positivos que nuestra civilización moderna ha realizado en los campos de la ciencia, la tecnología, la medicina, la industria y del bienestar, en particular en los países desarrollados, subrayamos que, junto a tales progresos históricos, grandes y valiosos, se constata un deterioro de la ética, que condiciona la acción internacional, y un debilitamiento de los valores espirituales y del sentido de responsabilidad. Todo eso contribuye a que se difunda una sensación general de frustración, de soledad y de desesperación, llevando a muchos a caer o en la vorágine del extremismo ateo o agnóstico, o bien en el fundamentalismo religioso, en el extremismo o en el integrismo ciego, llevando así a otras personas a ceder a formas de dependencia y de autodestrucción individual y colectiva .” (4)
- “Además, declaramos —firmemente— que las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre. Estas desgracias son fruto de la desviación de las enseñanzas religiosas, del uso político de las religiones y también de las interpretaciones de grupos religiosos que han abusado —en algunas fases de la historia— de la influencia del sentimiento religioso en los corazones de los hombres para llevarlos a realizar algo que no tiene nada que ver con la verdad de la religión, para alcanzar fines políticos y económicos mundanos y miopes.” (5)
-
“Es
una necesidad indispensable reconocer el derecho de las mujeres a la
educación, al trabajo y al ejercicio de sus derechos políticos.
Además, se debe trabajar para liberarla de presiones históricas y
sociales contrarias a los principios de la propia fe y dignidad.
También es necesario protegerla de la explotación sexual y tratarla
como una mercancía o un medio de placer o ganancia económica. Por
esta razón, deben detenerse todas las prácticas inhumanas y las
costumbres vulgares que humillan la dignidad de las mujeres y
trabajar para cambiar las leyes que impiden a las mujeres disfrutar
plenamente de sus derechos.” (6)
La
contribución de la fe católica a la cultura occidental es muy
profunda, tanto que , gracias a ella obtuvo el nivel de desarrollo y
civilización que conocemos. Hoy, muchos han tratado de borrar y
aniquilar estas raíces cristianas, pero cada día es más evidente
que es necesaria y esencial.
Nos
urge , hoy mas que nunca, promover la faceta espiritual de hijos de
Dios que cada ser humano tiene, pues ya experimentamos que el
ahogarla y suprimirla solo nos está llevando, una vez más, a la
barbarie.
Por
eso, «en lo referente al futuro del diálogo interreligioso, la
primera cosa que debemos hacer es rezar. Y rezar los unos por los
otros: ¡somos hermanos! Sin el Señor, nada es posible; con él,
¡todo se vuelve posible!
Que
nuestra oración —cada uno según la propia tradición— pueda
adherirse plenamente a la voluntad de Dios, quien desea que todos los
hombres se reconozcan hermanos y vivan como tal, formando la gran
familia humana en la armonía de la diversidad». (
7)
Por:
Ana Elena Barroso
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