DIOS ENTRE MIS VERSOS: BOSQUE DEL ALMA.



¡Qué lástima!
Que al ser tu luz
tan dulcemente plateada
nos conformemos
con las luciérnagas
de nuestros caprichos
y veleidades;
y apretemos los ojos
para seguir caminando a tientas
en nuestra ceguera.


¡Qué lástima!
Al ver el bosque
de nuestro interior sumergido
en una niebla tenebrosa
por las ramas que crecen
ensimismadas en su egoísmo.


Mas un día dije:
¿Por qué no?
Y un haz de luz
penetró en mi bosque
renovando la esperanza.


Comencé a intentar
y tu claridad
reverdeció mi alegría.


Luché con ahínco
Y la muerte, apesadumbrada,
Se fugó de mi bosque
Por tanta claridad.


Te di un sí definitivo
y tu rocío
cada mañana
refrescó mi amor.


Todo tuyo soy, dije,
y explotó mi corazón
inundado de caridad.
Y tu luz
contagió de vida
a muchos moribundos
que yacían en la obscuridad
y mi bosque fue
una eterna primavera.


"Cual Incienso que sube a Dios."
Por: R.P. Pablo Yeudiel Gonzalez Cuellar LC

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