La mayorÍa
de las personas tememos la muerte. Es una realidad y un suceso cierto e
ineludible que muchas veces queremos eludir. Nuestra naturaleza tiende a la
eternidad y a la inmortalidad. No enetendemos el por qué todo se debe acabar
con el fin de nuestros cuerpos mortales
y buscamos recetas y panaceas tecnológicas para alargar nuestra vida o tartar
de evitar la muerte.
Inquietud universal que nos deja ver que la enseñánza de la
fe católica acerca de la vida eternal y la felicidad plena o cielo está cargada
de verdad y que además responde a los anhelos más profundos del ser humano.
Dentro de estas enseñanzas de la fe, encontramos un lugar
gris indefinido y temido por muchos creyentes y no creyentes y ridiculizado por
muchos no creyentes: el purgatorio.
¿Qué es el purgatorio, que tanto temor produce y tanta
discusión provoca?
De acuerdo al Catecismo de la Iglesia Catolica:
“Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero
imperfectamente
purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren
después de su
muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para
entrar en
la alegría del cielo.” Nn 1030
Y La Biblia confirma su existencia desde el Antiguo
Testanmento, por lo que no es una invención del clero como muchos argumentan.
Los Macabeos en su época decidieron mandar a hacer oraciones por sus compañeros
fallecios en batalla que tenían en sus cuerpos dijes de dioses que no eran
permitidos en su fe, mostrando así la posibilidad de la purificación de los
pecados después de la muerte (Macabeos cap. 12). En el Nuevo Testamento, San
Mateo nos muestra a Jesús hablando de una purificación o perdón en la vida que
viene ( Mt 5, 21-26) (1)
La lógica, inclusive la que no tenga inspiración cristiana,
también asegura que en la perfección no puede haber nada imperfecto. De eso se
sigue que, si Dios es perfección nada manchado puede estar en Él y, por lo
tanto, los que mueren imperfectos, que son casi la totalidad de las personas,
necesitarán una “limpieza”. Eso significa purgatorio: limpieza. (2)
Pero el purgatorio de la fe católica, fuera de ser un
aspecto condenatorio y de desesperación de la muerte del creyente, es una
dinámica de esperanza:
·
¡Veremos a Dios!
·
¡Estaremos con Él!...al término de la limpieza
de nuestro ser.
Inclusive es un lugar elegido por el alma que, al encontrarse con la belleza y pureza de Dios frente a frente, se nota todavía manchada y prefiere inbuirse en el mar del purgatorio para acabar de quitar eso que la oscurece .
No es un infierno chiquito ni una condena temporal. Es un
caminar para purificarse, deseado por el alma misma, que ve a lo lejos al Amor
y Belleza esperándola para abrazarla finalmente en le Felicidad Plena y Eterna.
Muy diferente al infierno, en donde, el saber que estás incapacitado para
acercarte y que jámas podrás alcanzar a estar con la Belleza y la Felicidad que
es Dios, produce un sufrimiento eterno, sobre todo por no tener esperanza alguna.
Y...
¿Qué podemos hacer para reducir ese tiempo de limpieza en
el purgatorio?...O más bien, para estar más pronto con Dios en una felicidad
plena...
Hagamos penitencia hoy, lavemos nuestro ser hoy aquí en la
tierra ofreciendo nuestros dolores, trabajos, tristezas, sufrimientos y contrariedades
en expiación de nuestros pecados.
Además ayudemos a nuestros hermanos que nos han precedido en
ese camino al Cielo con oraciones e indulgencies que acortarán su tiempo de
purificación y los acercará más a Dios.
Si te interesa adentrarte más en este tema aquí hay
referencias a artículos y libros:
Por Ana Elena Barroso
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