Suenan
las campanas en el reloj, Son las 12. Las 12 de la noche. Parece que
los meses del año que termina, con sus días y sus horas se
columpian en cada una de ellas...Doce meses, doce campanadas. El año
se va. El año se acaba. Se esfuman los doce meses como en un conjuro
de tiempo y eternidad. Los tuvimos en nuestras manos pero ya no
volverán. Fueron instantes nuestros, únicos e irrepetibles, vividos
dentro de nuestro libre albedrío, hora tras hora y ahora se van,
perdiéndose en la noche última del año. La noche vieja.
El
poeta dice:-
"El indivisible tiempo/ lo hemos dividido en años/
y así decimos que pasa/ cuando nosotros pasamos".
Así es,
decimos que el tiempo se va cuando somos nosotros los que nos
vamos...Decimos que el tiempo corre, que el tiempo vuela, pero los
que corremos, los que volamos sobre el tiempo somos nosotros. El
tiempo siempre está, el tiempo ni tiene tiempo, ni es joven ni
viejo, nosotros s Las 12. Es
Noche Vieja.
Un
año nuevo
está
por comenzar.
Las
12 horas del 31 de diciembre. ¿Qué hicimos con estos trescientos
sesenta y cinco días?.¿Qué dijimos, qué pensamos una noche como
esta pero del año pasado? ¡Cuántos planes, cuántas promesas,
cuántos propósitos! ¿Somos los mismos de aquella noche de otras
muchas noches o sentimos que fuimos limando las aristas de nuestro
carácter, rellenando "baches" en los que caíamos una y
otra vez, quitando obstáculos, que quizá amábamos pero que nos
hacían tropezar en nuestro plan de ser mejores como seres humanos en
nuestra plenitud y dignidad? ¿Qué pasó con aquellos deseos
vehementes que brotaron en nuestro corazón al terminar de oír las
doce campanadas y nos hicieron decir:- "¡Ahora sí, este año
nuevo sí!
Poco
a poco se nos fueron aminorando las fuerzas, el entusiasmo, y llegó
esa desgana o indiferencia por las cosas. La bruma de la rutina nos
envolvió en sus días grises y nos heló el corazón y el coraje. O
no fue así... y sentimos que sí ha habido un cambio positivo. Que
el sol del amor nos arropa y podemos repartir el calor que hay en
nuestra alma a los demás. Que estamos en pie de lucha, que las 12
campanadas resuenan en nuestro corazón como el tañer de las
campanas de la ermita invitándonos a orar.
¡Qué
cada campanada sea un:- " Perdón y gracias, Dios mío, me estás
regalando otro año para crecer en la fe y en el amor a ti y a los
demás. El tiempo pasado está en Tus manos, el que comienza en las
mías, pero quiero que Tu me acompañes a vivirlo!".
Y
con el año que se va y el nuevo que comienza, en esta Noche Vieja,
la más vieja del año, recordamos al poeta que nos dice:- " Un
año más, no mires con desvelo/ la carrera veloz del tiempo alado/
que un año más en la virtud pasado/ un paso es más que te aproxima
al cielo".
Y
siguiendo con los versos terminaremos esta pequeña reflexión con
uno que una noche como esta me inspiró:-
" Esta noche es
"noche-vieja"
y hago un alto en mi camino,
sentada bajo la
luna
abro mi alforja y la miro.
¿Qué es lo que tengo en ella?
por la sonrisa de un niño.
Quiero caminar
descalza
por lo prados con rocío
quiero soltar mis amarras
y
extender libre mis alas
y sentir mi poderío.
Poderío y
libertad
olvidando el claro-oscuro
de ambiciones que esclavizan
tan
pesadas como un yugo.
Esta noche es "noche vieja"
tengo el
alma transparente,
cuando llegue el año nuevo
que me encuentre en la
vereda
como quién vuelve a nacer,
sin sandalias, sin alforja,
con la
piel limpia de luna
las estrellas en mi pelo
y cantando el
"aleluya".
Esta noche es noche vieja,
y yo tengo el alma
nueva..
... ¡quién lo pudiera creer!.
Por:MARÍA ESTHER DE ARIÑO
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