SER MADRE: ¿MERO TRABAJO O UNA APTITUD PARA CAMBIAR AL MUNDO?


 


 
 
 
 
En México cada día más mujeres lidian con la doble faena de tener un trabajo remunerado para sostener a sus familias y, a la vez , de cumplir con las responsabilidades de ser madre.

 El trabajo de ser madre ¿Se está interponiendo en su camino de realización? ¿O realmente se está ignorando a la mujer en sus necesidades particulares y metiéndola a un patrón masculino de felicidad? Durante la historia han surgido diferentes respuestas a esto, y la propuesta por la fe católica sorprende por su frescura y conocimiento profundo de la naturaleza humana.
 
 

Ante la realidad del doble turno de la mujer, diferentes corrientes ideológicas han tratado de dar respuesta y solución a esta exigencia que el mundo moderno ha puesto a la mujer. Entre ellas, algunos tipos de feminismo han optado por tratar de arrancar la maternidad de la definición de mujer, en su intento de dar a la mujer más control sobre su vida. Desgraciadamente este esfuerzo ha derivado en la etiquetación negativa de la maternidad.


Por otro lado, las corrientes económicas de mercado y demográficas de reducción de población han buscado mejorar la calidad de vida de las comunidades a base de promover entre las mujeres el principio de que la mujer moderna exitosa “produce y no se reproduce”, que refuerza esta visión degradante de ser madre.

 

Al haber usado estos métodos culturalmente erosivos, la identidad de la mujer se ha puesto en riesgo. Ya no sabe quién es y sin embargo su naturaleza le sigue diciendo que su ser es “fértil”. Esto se puede ver en la cantidad de mujeres que tratan de quedar embarazadas, con poco éxito, a edades muy avanzadas y aquellas que quieren ejercer su derecho a ser madres artificialmente y a solas para llenar una necesidad que sienten apremiante.

¿No será que esa “fertilidad” está tan arraigada en su interior y en cada faceta de su ser, que es difícil cumplir con las expectativas del mundo de ser menos mujer y convertirse en  más hombre para caber en la estructura social moderna?
 



Ante esta tormenta que arrastra a las mujeres de nuestro tiempo, la fe católica sigue levantado la voz, como lo ha hecho muchas veces, para defender a la mujer, su feminidad y fertilidad. Los detractores de la Iglesia católica en este tema, por apresurarse a tacharla de “misógina” que impone a la mujer el dedicarse a tener hijos, no han escuchado lo que significa e implica la “fertilidad” que la fe y la Iglesia Católica defienden.

San juan Pablo II fue de los mayores defensores de la mujer y de su feminidad, acuñando el término “genio femenino” que deja ver la amplitud de esa “fertilidad” femenina que la iglesia defiende: La contribución única que las mujeres hacen dentro de sus familias, comunidades, escuelas, partidos políticos, empresas, iglesias, etc.

 

“Una mujer es fuerte debido a su conocimiento de esta entrega, fuerte por el hecho de que Dios "le confía el hombre a ella", siempre y en todos los sentidos, incluso en las situaciones de discriminación social en el que se puede encontrar ella misma. Esta conciencia y esta vocación fundamental hablan a las mujeres de la dignidad que reciben de Dios mismo, y esto las hace “fuertes” y fortalece su vocación. Por lo que la “mujer perfecta” se convierte en un apoyo irremplazable y una fuente de fuerza espiritual para otras personas, que perciben la gran energía de su espíritu. A estas “mujeres perfectas” las familias les deben mucho, e inclusive naciones enteras.”(1)

                                                                                         

    Esta “fertilidad” y “maternidad” es, de hecho, una manera de vivir y relacionarse única de la mujer, con la que hace más humano cualquier ambiente y estructura humana donde ella se desarrolla. Bien lo expresa  Katrina Zeno, Coordinadora de la Diócesis de Phoenix y autora de muchos libros, al decir:

 

“Mientras muchas mujeres son llamadas a la maternidad biológica, TODA MUJER ESTA LLAMADA A UNA MATERNIDAD ESPIRITUAL PORQUE LA MATERNIDAD ESTA TEJIDA EN LA ESPECIAL ESTRUCTURA DEL SER DE LA MUJER.

 
La mujer fue creada con el regalo de una capacidad interior para recibir a otros en su vida, y al hacerlo,  también a nutrir su bienestar emocional moral, cultural y espiritual. Este es un reto de creatividad porque las mujeres pueden ser madres en cualquier lugar: la oficina ,el hogar, con sus nietos, en su vecindad, e incluso cuando se encuentran enfermas en cama.” (2)
 

 

Esta capacidad fértil, en el sentido que da muchos frutos, y maternal que la mujer ejerce, aún siendo soltera, niña, hija, empleada, madre soltera, abuela, religiosa, profesionista, CEO, jefe, en cualquier lugar es esencial para conservar la “humanidad” de nuestras estructuras e instituciones. Si insistimos en eliminarla, degradarla, o ridiculizarla, el mundo se verá privado de la única reserva de humanismo que queda. La Iglesia, que ha insistido en el apoyo a las madres trabajadoras en formas que respeten su feminidad y maternidad, ya ha hecho notar los efectos de atacarla: violencia, utilitarismo, materialismo, y sobre todo una desesperanza general que hace del mundo un lugar más gris e inhóspito para todos.

 

Por Ana Elena Barroso

 

(1)    Juan Pablo II, Mulieris Dignitatem,  p 30

(2)     Katrina J. Zeno “Discovering the Femenine Genius: Every Woman´s Journey (Boston:Pauline Books & Media” ,2010, p 41

 

 

 

Comentarios

  1. Gracias, Ana. Como siempre tus artículos son claros, ilustrativos y formativos. Nos pones a pensar.

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    1. Me alegra que sean de utilidad para las mujeres que percibimos las cosas de forma especial.

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